¡¡30 MINUTOS ANTES!!
Este vídeo puede parecer cómico, pero el objetivo es hacernos valer del sentido del humor para explicar uno de los conceptos más importantes en cuanto al manejo adecuado de los trastornos del comportamiento que acompañan a la enfermedad de Alzheimer y otro tipo de demencias.
No es otra cosa que prevenir la aparición de esos trastornos del comportamiento. Para ello lo ejemplificamos con el uso de la música de sus vidas para ayudar al manejo de la agitación por ejemplo, ya que no es adecuado ponerles su música en los momentos de máxima agitación o mayor nerviosismo. En algunos casos quizás no haya inconveniente, pero en otros muchos la agitación se vuelve más intensa. Por tanto, lo adecuado, seria adelantarnos a esos momentos de agitación, y arroparles con su banda sonora vital 30 minutos antes de la aparición de la misma.
Pero, ¿cómo podemos saber cuándo aparecerá la agitación u otros trastornos del comportamiento? Esa es la cuestión. Obviamente, no somos adivinos, y es difícil predecir cuándo ocurrirán ciertas cosas, pero sí podemos estar atentos a diferentes detalles que sabemos acerca de los trastornos del comportamiento, para comprender su esencia y su naturaleza.
Para empezar, podemos ver los trastornos del comportamiento como un método de comunicación, para expresarnos que algo ocurre o que algo no está bien en ellos. Sobre todo, entendiendo que la demencia, más aún cuando está en fases más avanzadas, suele producir un deterioro importante del lenguaje, y es a través de las emociones y el lenguaje no verbal como podemos comunicarnos de manera efectiva con ellos, ya que a veces encontramos que el lenguaje verbal se ha deteriorado muchísimo. Por tanto, no es otra cosa que una manifestación de sus emociones, como método de comunicación, para hacernos ver que algo no anda correctamente.
Esto nos conduce a una dirección muy importante, la necesidad de centrarnos en las necesidades básicas de las personas que atendemos, y permitir que se cubran adecuada y dignamente. Si no, estaremos favoreciendo aparición de agitación, agresividad, aislamiento, deambulación errática… y otros trastornos del comportamiento.
Por tanto, esta es la primera de las claves, cubrir sus necesidades, y una vez cubiertas es donde aplicaremos las diferentes técnicas y herramientas que tengamos a nuestro alcance. Nunca antes. De ahí que digamos de adelantarnos 30 minutos a esos momentos, en la medida de lo posible. Por suerte, la agitación que a veces se da de forma común en ellos, suele producirse en un momento determinado del día, lo que solemos llamar momento de máxima agitación del día, y esto nos puede ayudar a prevenir su aparición. La otra cosa a no perder de vista son las necesidades básicas insatisfechas, ya que serán así mismo provocadoras de estados de agitación y otras respuestas emocionales.
A continuación enumeramos algunas de las necesidades básicas más importantes que observamos en nuestro trabajo, las cuáles deben estar debidamente cubiertas, así como ciertas estrategias que llevamos a cabo de manera errónea, y que pueden derivar en momentos de aumento de trastornos del comportamiento.
Por tanto, os animamos a prestar mucha atención a los antecedentes de los momentos de agitación, agresividad, u otros trastornos. Es decir, ¿qué estaba ocurriendo antes de ese momento? ¿Qué estaba haciendo la persona a la que atendemos? ¿En qué lugar o con qué personas? ¿Necesidades básicas insatisfechas?
Es muy importante que vayamos conociendo adecuadamente a la persona, y podamos saber cuáles de nuestras mismas conductas pueden ayudar a generar esos estados que deseamos manejar adecuadamente. Es decir, entender que a veces nuestras respuestas, nuestros tonos y demás, pueden ayudar a generar agitación, si no conocemos adecuadamente a la persona y como dirigirnos a ella, desde la mayor dignidad.
El uso de sujeción física (cinturones, correas…) o química (fármacos), también pueden contribuir a estados de mayor agitación, así como olvidarnos de ponerle sus gafas a alguien que las necesita para ver correctamente.
Por tanto, la clave es anteponernos a esas necesidades, tenerlas cubiertas y satisfechas, así como aquellos momentos del día que puedan en sí mismos generar agitación, y adelantarnos a los mismos, ya sabéis, 30 minutos antes.