¿Pueden los villancicos ser adecuados para personas con demencia?
Pues la verdad es que si, teniendo en cuenta la permanencia de la memoria musical y emocional en personas con demencia, siendo los villancicos ampliamente conocidos a nivel mundial.
Encontramos personas con demencias avanzadas, y que repiten ciertas canciones durante todo el año, ¡muchas veces siendo villancicos! entendemos que al cantar muchas veces estas canciones todos los años, desde pequeños, son canciones muy unidas a la Banda Sonora de muchas vidas.
Por supuesto, tendremos que tener cuidado con personas con demencias más leves o moderadas, donde podamos observar un posible aumento de la desorientación con el uso de los villancicos en otras épocas del año, en estos casos, ¡dejaremos los villancicos solo para la Navidad!
Los villancicos se originaron en la Edad Media, entre los siglos V y XV, desde España y Portugal, siendo en un inicio canciones populares asociadas al mundo rural, donde se contaban historias del día a día. Algo así como un noticiario cantado entre los «villanos» o habitantes de las villas, para que todo el mundo se enterarse de lo que ocurría en los pueblos. Pronto los miembros de la Iglesia, vieron en estas canciones la posibilidad de difundir mejor el mensaje de Dios en las zonas rurales, entre personas que apenas sabían leer o escribir. Aprovechando los ritmos y melodías pegadizas, así como letras sencillas. Surgiendo desde el Renacimiento las canciones más parecidas a los villancicos que conocemos.
Eso nos trae el recuerdo de nuestro añorado y querido Paco, muy asociado al mundo rural, quién pasaba momentos de agitación, así como una baja autoestima. Pero al escuchar y cantar las canciones de su vida, conseguíamos una mejor gestión emocional, a pesar de las complicaciones del Alzheimer, pero viendo cómo las canciones pueden perdurar hasta el final.
En esta ocasión al disfrutar de “Los Campanilleros” por La Niña de la Puebla, uno de los Villancicos Flamencos más conocidos.
Esta canción tan importante en la Historia de Vida de Paco, nos remonta entre los siglos XVII y XVIII, en la Alta Edad Media, se sugiere como «campanilleros de villa y de villanos», de origen agrario, como canción lírica y de expresión popular.
Si nos remontamos al Siglo XVIII, entre 1.700 y 1.800 encontramos el nacimiento de villancicos como «Hacia Belén va una burra», «Los peces en el Río» o «El Tamborilero», compuestos por el religioso Antonio Soler.
“Hacia Belén va una burra, rin, rin,
Yo me remendaba yo me remendé
Yo me eché un remiendo yo me lo quité”
La verdad no nos parece una letra fácil, así como el tempo al que suele cantarse este villancico, sobre todo, pensando en personas con deterioro cognitivo. Pero como pasa con otros grandes villancicos navideños, despiertan una sensación muy buena en muchas personas, trayendo al recuerdo muchos momentos, personas y emociones. Podrá ser muy adecuado en la atención a personas con demencia.
Compartimos este recuerdo con nuestra añorada Liana de 104 años, disfrutando y cantando el villancico “Hacia Belén va una burra”, aportando estimulación cognitiva, recordando paso a paso la canción, incluso siendo una canción con un ritmo rápido.
Gracias por acompañarnos por las emociones, los recuerdos y la música…
Puedes colaborar con la asociación sin ánimo de lucro Música para Despertar de Granada, y así ayudar a que podamos llegar a más personas con Alzheimer y otras demencias, así como quienes les rodean. Sobrevivimos gracias a donaciones particulares. Estaremos eternamente agradecidos.
Puedes sumarte a nuestra iniciativa donando la cantidad que puedas o con otras formas de colaboración.
